martes, 28 de marzo de 2017

Reflexión final


Una vez concluido el curso la valoración que hago del mismo  es positiva, resultándome todos los contenidos muy útiles para seguir ampliando mis conocimientos sobre alimentación y nutrición para una vida saludable.
El primer bloque estudiado trataba sobre alimentos y nutrientes. En el segundo bloque se profundizó en las técnicas culinarias de los diferentes alimentos, así como en una serie de hábitos alimentarios. También nos dan unas recomendaciones para aprovechar de la mejor manera posible los alimentos. Se concluye este segundo bloque haciendo mención a los datos obligatorios que deben figurar obligatoriamente en el etiquetado de cualquier producto alimenticio que compremos.
El tercer bloque trataba sobre los comedores escolares, requisitos nutricionales que deben tener  los menús, así como su composición, variedad y otras consideraciones en la elaboración y distribución de los menús.
Por último, se ha profundizado en las enfermedades relacionadas con la alimentación, como son el sobrepeso, la obesidad, diabetes, trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia y que afecta especialmente a la población joven.
Asimismo, se han estudiado diferentes alergias e intolerancias alimentarias, para concluir el curso analizando mitos  y creencias que se han tenido erróneamente sobre los hábitos alimentarios y alimentación.

El curso me ha parecido muy interesante y los contenidos muy acertados. No obstante, considero que el trabajo ha sido excesivo. También se agradecería, de cara a volver a ofertar este curso, que se informara desde un principio sobre la necesidad de poseer ciertos conocimientos informáticos, pues en mi caso, en los que mis conocimientos de las nuevas tecnologías son muy limitados, se me ha hecho en ocasiones muy cuesta arriba (y no es el primer curso on line que realizo, pero ninguno me ha costado tanto como este), e incluso he llegado a pensar en ocasiones que no iba a poder seguir avanzando en las tareas. El Espacio Apoyo Tic me ha resultado insuficiente y he podido acabar el curso gracias a la ayuda de otras personas con más conocimientos informáticos que yo, las cuales me han ido explicando los pasos que debía dar en cada momento. Esta problemática con las nuevas tecnologías junto al exceso de tareas han hecho que haya superado con creces las cincuenta horas de dedicación al curso.

domingo, 26 de marzo de 2017

¿Conozco la información adecuada?

@dieta_saludable. 16 mar 

¿Estás obsesionado por comer bien y sano? Se llama ortorexia

Analizamos los síntomas y causas de la ortorexia, un trastorno caracterizado por la obsesión por la comida "sana" que requiere un abordaje psicológico.

Seguro que si acudes al gimnasio con regularidad o eres partidario de los llamados alimentos biológicos, libres de pesticidas o similares, te has percatado de un nuevo tipo de usuario: el que controla al milímetro la composición nutricional de cada ingrediente, memoriza calorías de forma compulsiva y, en definitiva, que ha convertido la comida en una auténtica obsesión.
Un trastorno que comparte rasgos con la bulimia y la anorexia pero que, sin embargo, pasa desapercibido en muchas ocasiones, tanto para aquellos que lo padecen como para quienes se encuentran a su alrededor que, sencillamente, lo ven escudarse tras una suerte de pasión por lo sano. Sin embargo, nada más lejos.

Qué es la ortorexia

En concreto y como comentábamos, se trata de un trastorno alimenticio cuyo nombre fue acuñado por primera vez en 1997 por el doctor Steven Bratman . Una patología caracterizada por la obsesión por comer comida considerada como saludable por la persona que la padece (esto no implica, necesariamente, que así sea).

Se trata de algo similar a un trastorno obsesivo compulsivo, en el que el sujeto lleva a cabo una dieta muy restrictiva, evitando ciertos alimentos como, por ejemplo, aquellos que llevan no solo grasas, sino también conservantes y colorantes, etcétera. Los producidos industrialmente, los artificiales y demás llegan a convertirse en un auténtico peligro.

Cómo detectarla: síntomas y rituales


Y aunque no hay nada de malo en alimentarse saludablemente, el problema viene cuando la vida, autoestima y pasiones de la persona empiezan a girar en torno a la comida, que se convierte en el eje principal de su existencia. El diagnóstico, en todo caso, no resulta sencillo, pues la línea entre el comer sano y la obsesión se muestra delgada en algunas ocasiones.
En todo caso, pueden detectarse algunos patrones comunes como la sensación de que al comer algo –supuestamente- no sano se están contaminando, ensuciando con esos alimentos impuros. El placer de comer, por supuesto, no tiene cabida, sino que pasa a un segundo plano totalmente inexistente en muchos casos.
Otro habitual es que planifiquen con mucha antelación sus ingestas, elaboren un menú para la semana y similares. Algo que se produce en forma de rito. Pero no es lo único. Cortar los alimentos con cuchillos de cerámica en lugar de metálicos para evitar los iones que pueden quedar pegados a la comida, y otros, pueden erigirse también como auténticas –y patológicas- costumbres.

Las “causas”, trastornos asociados y perfiles más afectados

Tal y como sucede en la práctica totalidad de las patologías mentales, lo cierto es que la ortorexia es un problema con un origen multicausal y que se presenta de forma diferente en cada individuo. Una enfermedad en la que entran en juego desde las inseguridades de la propia persona hasta experiencias ancladas en su más tierna infancia.
Sin embargo, sí puede asociarse con diferentes perfiles y trastornos. Por ejemplo, la mayoría de pacientes son jóvenes o mujeres con un nivel adquisitivo medio-alto (que pueden permitirse este tipo de alimentación). Los deportistas de modalidades exigentes son otro grupo de riesgo, en especial si controlan aquello que ingieren de forma exhaustiva para mejorar su rendimiento físico o acabar con la tumba metabólica . Los adolescentes preocupados por las repercusiones de determinados alimentos en su aspecto físico no se quedan atrás.
Por otra parte, los medios de comunicación también tienen su parte de responsabilidad. La forma en que se difunden noticias sobre alimentos cancerígenos, súper saludables, que ayudan a reducir el colesterol, etcétera; así como el culto por la imagen y la delgadez como sinónimos de bienestar y éxito tienen mucho que ver. La presencia de famosos predicando las virtudes del tofu y la quinoa tampoco ayuda.
Algunos estudios han establecido una conexión entre las causas de la ortorexia nerviosa y el trastorno obsesivo compulsivo. Además, lo que dicen los investigadores es que estos primeros cuentan con una obsesión que se conecta con un trastorno psicológico más profundo.

Consecuencias de la ortorexia

Como comentábamos, algunas de las consecuencias inmediatas de la ortorexia tienen que ver con el aspecto social del sujeto, que tiende a alejarse de las cenas y ágapes colectivos que anteriormente disfrutaba con sus amigos con el fin de no saltarse la dieta y evitar conflictos. Además, quienes la padecen tienden a sentirse superiores, pues se cuidan más y controlan lo que se llevan a la boca.
Un aislamiento del círculo de habituales que, al mismo tiempo, puede inducir al paciente a buscar grupos de personas que también lo padecen, con quienes compartirá su obsesión, recetas; y también creencias tremendamente arraigadas que incluso carecen de un soporte científico a sus espaldas. Algo habitual entre ortoréxicos pues, a diferencia de otros trastornos alimentarios, no se avergüenzan, sino que tratan de inculcar su “cultura por lo sano” a quienes les rodean.
Asimismo y puesto que en esta obsesión intervienen las creencias en gran medida, también pueden darse carencias nutricionales, lesiones, pérdidas de peso excesivas, y otras similares a las que se producen en pacientes anoréxicos y bulímicos.

El tratamiento

El tratamiento –independientemente de si se escoge un enfoque cognitivo conductual u otro más psicoanalítico- debe estar enfocado a restablecer la flexibilidad alimentaria y a evitar que el sujeto utilice la comida como método de control y vía de escape. ¿Cómo? Brindándole las herramientas necesarias para que se sienta seguro y no tenga que recurrir a estímulos ni agentes externos.
Una tarea nada sencilla y un proceso en el que el terapeuta se verá obligado a indagar en los orígenes que han generado esa insatisfacción. El trabajo con la familia y el entorno también será clave, aunque resulta poco recomendable presionarles –de hecho puede ser contraproducente-. La persona, en todo caso, deberá aprender de nuevo a comer, a hacerlo cuando sienta hambre y, en definitiva, a prestar atención a sus sensaciones y no a sus creencias.
FUENTE: http://muysaludable.sanitas.es/salud/psicologia/estas-obsesionado-por-comer-bien-y-sano-se-llama-ortorexia/






 











































































































¿Qué puedo comer?









4.4. Mi reflexión personal

Considero el estudio de este bloque de suma importancia, ya que me ha ayudado a profundizar en el conocimiento de las principales enfermedades relacionadas con la alimentación y que me servirá para tratar de actuar de la mejor manera posible en caso de intervención en el tratamiento de alguna de sus patologías relacionadas.
De gran utilidad es también la información relativa a la diabetes, en qué consiste exactamente, sus tipos y el correcto modelo nutricional a tener en cuenta para las personas que padecen este tipo de enfermedad.
Desde temprana edad es importante que nuestros alumnos vayan adquiriendo una educación nutricional que les ayude a ser conocedores de las consecuencias negativas que puede tener para la salud una ingesta alimentaria deficiente, pudiendo dar lugar a un trastorno mental severo e incluso llevar a la muerte.
Asimismo, me ha resultado de gran utilidad el estudio de los diferentes tipos de alergias e intolerancias alimentarias, ya que desconocía algunas de las reacciones que pueden ocasionar las alergias e intolerancias a determinados alimentos, lo  que me podrá servir de ayuda si en un futuro me encuentro en la situación de tener un alumno que sufra algún tipo de alergia e intolerancia a alguno de los alimentos, circunstancia cada vez más común en los centros educativos.
Por otra parte, en ocasiones, la ignorancia de algunas personas ha favorecido el desarrollo de numerosos errores y mitos sobre la alimentación, transmitiéndose de generación en generación sin que existiera el más mínimo rigor científico.
Afortunadamente, en la actualidad y gracias a los cada vez más numerosos estudios y avances científicos  es más fácil desmontar esas creencias, a veces muy arraigadas, pero con poca base científica que las sustente.
La realización de las actividades realizadas en este bloque 4 la trasladaría a mi aula, en primer lugar,  mediante charlas impartidas por mí y cuyo fin sería transmitir a mis alumnos información sobre los diferentes puntos tratados para que ellos aprendan a prevenir posibles enfermedades relacionadas con la alimentación y cómo actuar en cada caso. Asimismo, considero importante dar a conocer falsas creencias sobre alimentación, para  evitar en mis alumnos  de este modo hábitos alimentarios erróneos.

Por último y tras la explicación de todos estos apartados, propondría por grupos un trabajo de investigación de cada uno de los puntos tratados  con la finalidad de profundizar más aún en el estudio de este bloque.

4.3. ¿Qué mitos conoces?


La alimentación es un tema que históricamente siempre ha despertado un gran interés. En muchas ocasiones este interés, unido a aspectos religiosos, culturales, tipo de publicidad a la que estamos sometidos y en la que existe una obsesión por el culto al cuerpo ha dado lugar a determinados mitos, falsas creencias y falacias relacionadas con la alimentación. Veamos algunos ejemplos de estos falsos mitos:
1. Cuando se come menos el estomago reduce su tamaño. Falso: El tamaño del cuerpo y de los órganos depende del código genético. Por tanto, el organismo no crece o decrece en función de si en un momento dado se come más o menos.
2.  Naranja y leche no deben consumirse juntos, porque se “corta” (se coagula) la leche. Falso: La leche se coagula siempre que alcanza un medio ácido, es lo que sucede, por ejemplo cuando llega al estómago, y esto es imprescindible para su adecuada digestión.
3. La fruta después de la comida engorda. Falso: La fruta tiene las mismas calorías, no engorda porque se tome en un determinado orden, sino porque la cantidad de de calorías ingeridas supere las necesidades del individuo. Lo que sí es cierto es que la fruta tiene un alto contenido en fructuosa, lo que provoca una sensación de saciedad. En determinadas dietas de adelgazamiento lo aconsejan porque se tiene menos apetito en los platos siguientes.
4. Los alimentos light adelgazan. Falso: Los alimentos light son aquellos a los que se les ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos, pero no significa que sirvan para adelgazar. En todo caso, engordan menos que el mismo alimento  no light.
5. Los alimentos frescos son más nutritivos que los congelados. Falso: El frío de la nevera o el congelador mantiene las cualidades de los alimentos sin alteración, por lo que un pescado o una carne congelada no va aportar menos nutrientes que si los comemos frescos.
6. Saltarse una comida adelgaza. Falso: Es un mal hábito, los especialistas recomiendan realizar 5-6 comidas al día. De esta manera, controlamos nuestro sistema hambre- saciedad, ya que al repartir la ingesta en varias tomas al día no llegamos a la siguiente comida con un hambre excesivo que nos haga comer más.
7. El queso, a pesar de sus grasas, es excelente para  una dieta de adelgazamiento porque contiene una cantidad enorme de proteínas. Falso: Los quesos son muy distintos unos de otros pero, en general, un 75% de la energía total procede de la grasa y solo un 25% de la proteína.
Mis impresiones sobre mitos en alimentación y nutrición
La alimentación siempre ha sido un tema que ha suscitado mucho interés. Este interés, unido  en muchas ocasiones a cierta ignorancia ha favorecido el desarrollo de numerosos errores y mitos sobre la alimentación que se han ido transmitiendo de generación en generación, lo que ha provocado, injustificadamente, un cambio tanto en el comportamiento como en los hábitos alimentarios de muchas personas.
Lo curioso, es que muchos de estos mitos y creencias primitivas sobre la alimentación aún persisten y siguen siendo defendidas por muchas personas, pese a haber sido desmentidos mediante una buena fundamentación científica.
“La fruta después de la comida engorda”, “saltarse una comida adelgaza” o “los alimentos frescos son más nutritivos que los congelados” son algunas de las creencias que se mantienen a consecuencia de informaciones carecentes de rigor científico. Así, han sido numerosos los alimentos a los que se le han atribuido características y propiedades falsas debido al mito. Sin embargo, en la actualidad y gracias a la cada vez más amplia base científica de la que disponemos, es posible desmontar esas creencias, a veces muy arraigadas, recurriendo para ello a las opiniones y consejos de verdaderos profesionales de la nutrición y salud.


Desde mi punto de vista, una de las medidas primordiales que considero que hay llevar a cabo frente a este gran problema de desinformación y a su vez de gran repercusión para la sociedad, es sin duda el desarrollo de amplias y duraderas campañas de información y formación en el campo de la nutrición.

sábado, 25 de marzo de 2017

¿Qué hay de comer en el cole?


Menú CEIP Julián Nieto Tapia. Lunes  20 de marzo





El menú que ofertó el CEIP Julián Nieto Tapia fue el siguiente:



Primer plato
Segundo plato
Bebida
Pan
Postre
Coditos     napolitana
Chuleta a la plancha con lechuga y maíz
Aunque no aparece en el menú, el agua siempre va acompañada de la comida que se sirve
Fruta

* Debajo del menú y con asterisco viene indicado la cena  recomendada, en este caso dan dos opciones. La primera opción consistiría en un menú de verduras y la segunda opción un menú compuesto por pescado con arroz y lácteos.
Este menú presenta los contenidos recomendados en la Guía Perseo, es decir, un primer plato compuesto por pastas (coditos napolitana), un segundo plato de carne (chuleta a la plancha con lechuga y maíz), la guarnición estaría compuesta por  la lechuga y maíz del segundo plato. Aunque no viene reflejada la bebida en el menú diario, es norma en el comedor  escolar del centro que cada niño acompañe la comida con un vaso de agua, también dispone de pan y de fruta como postre

Reflexión personal bloque 3: Educación y estilo de vida activo



Es importante que los menús servidos en los comedores escolares sean equilibrados, variados y ajustados a las necesidades de los escolares, pues de lo contrario, influirá negativamente en su desarrollo físico y mental  y por tanto, en su proceso de aprendizaje, ya que a  estas edades los niños están en un periodo de mucha vulnerabilidad, debido a las elevadas demandas fisiológicas que conlleva su crecimiento.
En este sentido, el papel de la escuela no se debe basar exclusivamente en proporcionar en nuestros escolares  un aporte adecuado de energía y nutrientes, sino también debe tratar de fomentar  el aprendizaje de unos hábitos  alimentarios adecuados, lo que repercutirá positivamente en la calidad de vida y longevidad de nuestros alumnos.
Por lo anteriormente expuesto, enfocaría la actividad 3.1, reflejada en este blog, en tratar de concienciar a los alumnos  sobre la importancia para mantener una buena salud, de llevar una dieta equilibrada y variada, informándoles sobre la frecuencia recomendada de los diferentes grupos de alimentos.
Resaltar también la importante relación  existente entre ejercicio físico regular y alimentación saludable, que nos llevará a disfrutar de una buena salud. El sedentarismo junto con una alimentación inadecuada y el consumo de tabaco y alcohol se convierten en el factor de riesgo más importante en el desarrollo de enfermedades.
Es de vital importancia la existencia de un equilibrio entre las necesidades de energía y la ingesta calórica real de cada persona, pues es lo que determinará su peso corporal. Así, un desequilibrio puede dar lugar a sobrepeso y obesidad cuando la dieta aporta más energía de la que el individuo consume. También se produce desequilibrio cuando el individuo consume  más energía de la que aporta su dieta, en este caso se producirá desnutrición.
La actividad 3.2, también reflejada en mi blog, la trasladaría con alumnos de 5º y 6º, contando para ello con la colaboración de la/s profesora/s que imparte con estos grupos el área de Matemáticas. Cada  alumno, teniendo en cuenta sus características personales, deberá calcular tanto su gasto energético total diario como sus ingestas diarias de energía y nutrientes recomendadas.